El teorema de
los cuatro colores
El teorema de los cuatro colores consiste básicamente, en que cualquier mapa puede ser coloreado solamente con cuatro colores distintos de tal manera que dos regiones adyacentes (es decir, que tienen una frontera en común y no sólo un punto) no tengan el mismo color. Aquí te ponemos un ejemplo con el mapa de España. Si quieres puedes intentarlo tú.
Aunque parece un problema no
matemático, sin embargo lo es y su demostración no es nada sencilla, ha costado
mucho esfuerzo y 125 años el conseguirlo.
El
comienzo
Como tantos otros problemas
matemáticos, comenzó de una manera casual. En 1850 un inglés estudiante de
leyes, Francis
Guthrie se entretenía intentando colorear el mapa de Inglaterra
utilizando la menor cantidad de colores posibles e intentó hacerlo con sólo
cuatro colores sin conseguirlo, pero tenía la intuición de que se podía hacer.
Le contó a su hermano Frederick su problema. Frederick había estudiado con un
prestigioso matemático inglés de la época llamado De Morgan, que no supo solucionar
el problema. De Morgan le envió una carta a Hamilton (otro
matemático inglés importante) que no abordó el problema.
El caso es que el problema de los
cuatro colores empezó a adquirir fama de tal forma que en 1878 el
profesor Cayley lo
propuso oficialmente a la London Mathematical Society (una de las sociedades de
matemáticos más importantes del mundo) como un problema a resolver.
Al poco tiempo A. B. Kempe propuso
una demostración que publicó en 1879. Esta demostración fue, en principio,
aceptada y dio mucha fama a Kempe, hasta que Heawood descubrió
en 1890, 11 años después, que la demostración de Kempe tenía un error, Heawood siguió
trabajando en el problema pero no lo solucionó, sin embargo consiguió probar
que con cinco colores si se podía colorear cualquier mapa.
También se supo que tres
colores no eran suficientes, de modo que sólo quedaba por probar o
refutar los
cuatro colores.
El problema siguió dando
vueltas. Algunos matemáticos pensaron incluso, que no todo mapa se podía
colorear con cuatro colores.
La prueba
La prueba
¡Por fin!, en 1976 Appel
y Haken dieron
una prueba del teorema. Demostraron mediante un complicado programa de
ordenador que, efectivamente cuatro colores eran suficientes para colorear
cualquier mapa.
De nuevo surgieron objeciones.
El proceso del ordenador, es decir los pasos internos del ordenador no podían
seguirse ni comprobarse cuando la máquina los hacía; y para verificarlos
"a mano", eran tantos, que habría hecho falta toda una vida
para realizarlos. De modo que algunos matemáticos han tenido muchas reservas
con respecto a esta demostración.
Por último, en 1996, Neil Robertson;
Daniel P. Sanders; Paul Seymour y Robin Thomas, de la Escuela de
Matemáticas del Georgia Institute of Technology de
Estados Unidos, publicaron una nueva prueba que no tenía los
inconvenientes de la demostración de Appel y Haken.
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